jueves, 3 de abril de 2008

In Der Palästra




Mientras a través de las tuberías el agua cae
al fondo del pozo
en lánguida apatía miraba
a las frías aguas…- mientras él se bañaba.
Medio contemplaba aquella escena
y su más sensual masculinidad.
Aunque, desilusión, oh, no puedes ver,
es aún la causa y el síntoma cardinal
de mi enferma y triste realidad.

Plata es igual al frío, pero eso me encaja simplemente bien.
Tímidamente bebo a sorbos agua…mientras él bebe jarras enteras de vino.
A él le gustan toda clase de mujeres, y yo…yo ODIO… a los hombres.
Él se maravilla de todas la cosas nuevas para él…
Y yo sólo espero… que todas las cosas en este enfermo mundo… se acaben.

El agua deslizándose por su columna,
Tocó su fuerte físico, oh, tan bien definido.
Él permanece tranquilo como una roca.
Oh, contempla su hermoso cuerpo y su alma
Un agradable dios ha debido de construir este hombre
Completamente bien equilibrado.
Qué triste perplejidad trajo esto.
Claridad física, qué desgracia, aún tan aborrecida:
Un antiguo fantasma se despertó y ferozmente surgió en mí:
Era ese viejo, salvaje, aunque casi olvidado ideal
De perfecta neutralidad.

En cierta manera envidio este hombre naturalmente hermoso.
Él nunca supo o encontró
El odio y vergüenza que soporto.
La duda, el manto de la repugnancia
Y el terror que lo devora todo
Y si le contara esto, el quizá sólo
Sacudiría su cabeza con amable gracia,
Melodiosa risa, él entonces tal vez simplemente
me habría sonreído…oh, tan estúpida tontería… y la BESTIA
que está regañando dentro.